miércoles, 21 de noviembre de 2012


FRENTE A LA INSEGURIDAD CIUDADANA
SE NECESIDAD DE UN "PACTO DE CONVIVENCIA EN EL PERÚ

La seguridad como exclusión.

En la actualidad hablar de seguridad ciudadana es hablar de represión de las fuerzas del orden y, en última instancia, de segregación de quienes son considerados peligrosos. En suma, hablar de seguridad es hablar de exclusión frente ala inseguridad ciudadana.

La verdad es que existen algunos programas alternativos que priman en la prevención de la criminalidad frente a la represión, como los de la ciudad de Lima y sus Distritos y otros similares en diversos lugares del Perú, sin embargo, este tipo de estrategias representan una excepción frente a la regla general del incremento de las medidas represivas y de las actuaciones urbanísticas que hacen que la ciudad sea cada vez más intransitable.

Los rasgos más significativos del modelo de seguridad actual, que he denominado seguridad como exclusión, son los siguientes:

La actuación en seguridad es hoy patrimonio de la Policía Nacional, de los juzgados y tribunales, no tomando en cuenta el apoyo que brinda los gobiernos locales mediante el servicio de Serenazgo.

Predominando la idea de culpabilizar al excluido (al delincuente, criminal, desempleado, al drogadicto, a la prostituta) actuando frente a estos colectivos únicamente desde la represión.

la proliferación de la seguridad privada hace difícil pensar en ella como un bien público. Lo cierto es que la seguridad es cada vez más uno de los principales símbolos de status económico, que diferencia claramente al que posee del que no. En suma, como afirma MAKE DAVIS en una de sus entrevistas, "la seguridad es, cada día más, un estilo de vida".

Este urbanista de los Ángeles considera que en la construcción, tanto de urbanizaciones como de espacios públicos, prima cada vez más la idea de "espacio defendible". Es cierto que los espacios públicos, privados o pseudo-públicos como los centros comerciales, se construyen en función de dos principios opuestos: una cierta hostilidad hacia el exterior y una sensación de seguridad y comodidad en el interior.

Pero, ¿qué hay de la eficacia de este modelo?...
Destaca en este sentido la patente ineficacia de las estrategias preventivas y represivas frente a la delincuencia que se desarrolla de las zonas barriales, conos alejados hacia las urbanizadas, ya que la cifra oscura de algunos delitos menores, como el hurto, se aproxima al 90%. Esto significa que de cada cien hurtos producidos, se denuncian únicamente diez.

Dos interrogantes resumen la crítica al modelo actual de seguridad e introducen la propuesta de sistema alternativo.       

En primer lugar, ¿existe una única percepción de lo seguro y de lo peligroso?

En segundo lugar, ¿la definición de lo seguro es una definición democrática? esto es, ¿quién define actualmente lo seguro?

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